¿QUÉ SIGNIFICA EL CÓDIGO DE POLICÍA?
La vida y la conducta humana reglamentadas y legisladas desde una óptica policiva no han hecho más que considerar como delincuentes e infractores a todas las personas; la cárcel y las sanciones penales van en aumento restringiendo cada vez más el margen de maniobra para la libertad del ser humano. Pero peor aún, la violación a la norma no escapa del sistema que lo sustenta y considera multable a un conjunto de comportamientos prohibidos en un Nuevo Código de Policía que busca una intromisión más directa en la vida de las personas; mientras más se infrinja la ley mayor es el recaudo de dinero por parte del Estado destinado a más represión.
El cariño y la sexualidad, la utilización del espacio público, el rebusque económico, la protesta social, la vida privada, la libre movilidad, la autodefensa frente a los abusos de autoridad, ahora son fuente de ingresos y su prohibición incentiva una moral pública puritana, higienista e hipócrita, atacando principalmente a los pobres, aquéllos que no pueden pagar fácilmente el castigo económico por transgredir la moral pública.
En una sociedad donde las relaciones están mediadas por el dinero y una visión utilitarista de la ayuda, la policía no es más que la fiel representación de la corrupción y el nuevo código da vía libre al enriquecimiento particular de los policías a través de los sobornos del que los pueda pagar. Además protege e incentiva los abusos de poder ya conocidos, en donde se ha terminado con un gran número de víctimas mortales.
Buscamos que el ejercicio de la libertad sea recuperada a través de las artes callejeras, debemos seguirle dando color a las ciudades, seguir disfrutando de nuestros cuerpos sin moralismos ni leyes que prohiban la convivencia y las expresiones de amor, debemos continuar moviéndonos como nos plazca, trabajando por nuestro sustento y recreándonos como nos parezca… somos libres anque las leyes digan lo contrario, las calles son nuestras y no nos las quitarán.
Amigo transeúnte: ¡La libertad no se reglamenta! Ni código, ni policía.
Amigo transeúnte: ¡La libertad no se reglamenta! Ni código, ni policía.
¡Mata el policía que llevas dentro!